Llega a España la Orquesta Filarmónica de Londres

La prestigiosa London Philharmonic Orchestra ofrecerá sendos conciertos en el ciclo de Ibermúsica 'Orquestas y Solistas del Mundo'.

Los días 21 y 22 de febrero en el Auditorio Nacional de Madrid se podrá admirar la exquisitez del sonido de la London Philharmonic Orchestra, bajo la batuta de Yannick Nézet-Séguin (foto ext.). El primer día interpretarán La canción de la tierra de Mahler con los los solistas Sarah Connolly y Toby Spence, y la Sinfonía concertante en Mi Bemol mayor para violín y viola, KV 364 de Mozart con Richard Yongjae O`Neill y Stefan Jackiw, a los respectivos instrumentos. El segundo día se ofrecerá un programa enteramente francés, con Berlioz en la primera parte: Cleopatra, con Anna Caterina Antonacci como solista, y la Sinfonía fantástica, obras que el emergente director acaba de grabar también con Antonacci para el sello Bis aunque con la Filarmónica de Rotterdam. El Bolero de Ravel, prueba de fuego en el que ha llegado a fallar hasta la mismísima Filarmónica de Viena, completa la programación de ese día.

Estos conciertos coincidirán con la inminente distribución en España por Diverdi del sello LPO, el propio de la orquesta londinense, lo cual constituirá una interesantísima aproximación al sonido actual de esta orquesta, no muy pródiga en grabaciones en los últimos años, y también a grabaciones históricas protagonizadas por legendarios líderes como Thomas Beecham o Adrian Boult. Entre las perlas del catálogo podemos contar unas sinfonías 2, 6 y 8 de Mahler dirigidas por Klaus Tennstedt, unos Planetas de Holst conducidos por Jurowski, un Réquiem de Verdi con López Cobos, o una apabullante Décima sinfonía de Shostakovich con Bernard Haitink al frente. Destacan también tres volúmenes de 4 CDS cada uno, celebrando el 75 aniversario de su creación y en los que intervienen los más prestigiosos directores principales de su historia como Boult (1950-57), Bernard Haitink (1967-79) y Georg Solti (1979-83).

La London Philharmonic fue creada en 1932 por Thomas Beecham, y dio su primer concierto el 7 de octubre de aquel año. En 1939 se volvió autónoma, con los miembros de la orquesta tomando decisiones en los asuntos de la organización. Durante la Segunda Guerra Mundial la orquesta estuvo particularmente en actividad al realizar giras por el país y ofrecer música orquestal en lugares donde no era usualmente disponible. Actualmente es la principal orquesta residente del Festival de Ópera de Glyndebourne.