3 de abril de 2010

Tango vos, el mi pandero

Fidelidad y calidad de las traducciones son dos conceptos utilizados frecuentemente, en mi opinión, muy a la ligera. La traducción es casi siempre un ejercicio de elección de las palabras adecuadas (?) moviéndose entre una literalidad absoluta por mor de una estricta fidelidad y una excesiva libertad por aquello del “vuelo poético”. Hay además un “prejuicio” que es como un IVA literario: el nombre o los méritos del traductor; si es un autor afamado, la “calidad” se le supone. Voy a proponer una pequeña muestra, sin más pretensión de que sea un pequeño divertimento. El poeta del siglo XVI, Álvaro Fernández de Almeida, escribió el siguiente poema:

Tango vos, el mi pandero,
tango vos y pienso en ál.

Si tú, pandero, supieses
mi dolor y le sintieses,
el sonido que hicieses
seria llorar mi mal.

Cuando taño este instrumento
es con fuerza de tormento,
por quitar del pensamiento
la memoria de este mal.

En mi corazon, señores,
son continos los dolores,
los cantares son clamores:
tango vos y pienso en ál.


Dos grandes escritores alemanes, Emanuel Geibel y Paul Heyse (éste ultimo fue galardonado en 1910 con el premio Nobel), vieron publicado en 1852 su Spanisches Liederbuch (Cancionero español), una antología de 112 poemas españoles traducidos al alemán por ambos. Emanuel Geibel tradujo el poema de Fernández de Almeida y es el texto que utilizó Hugo Wolf para componer un lied que formaba parte de su Spanisches Liederbuch. El texto de Geibel es el siguiente:

Klinge, klinge, mein Pandero,
Doch an andres denkt mein Herz.

Wenn du, muntres Ding, verständes
Meine Qual und sie empfändest,
Jeder Ton, den du entsendest,
Würde klagen meinen Schmerz.

Bei des Tanzes Drehn und Neigen
Schlag’ ich wild den Takt zum Reigen,
Daß nur die Gedanken schweigen,
Die mich mahnen an den Schmerz.

Ach, ihr Herrn, dann will im Schwingen
Oftmals mir die Brust zerspringen,
Und zum Angstschrei wird mein Singen,
Denn an andres denkt mein Herz.


Otro gran escritor alemán, Joseph von Eichendorff, tradujo también poemas españoles y en su libro de poesías publicadas en 1841, aparecen trece poemas españoles dentro de la sección Aus dem Spanischen. El segundo de ellos es el de Fernández de Almeida y es el que utilizó Robert Schumann para componer el coro femenino a cuatro voces Tamburinschlägerin, op. 69, nº 1. El texto de Eichendorff es el siguiente:

Schwirrend Tamburin, dich schwing ich,
Doch mein Herz ist weit von hier.

Tamburin, ach könntst du's wissen,
Wie mein Herz von Schmerz zerrissen,
Deine Klänge würden müssen
Weinen um mein Leid mit mir.

Weil das Herz mir will zerspringen,
Laß ich hell die Schellen klingen,
Die Gedanken zu versingen
Aus des Herzens Grunde mir.

Schöne Herren, tief im Herzen
Fühl ich immer neu die Schmerzen,
Wie ein Angstruf ist mein Scherzen,
Denn mein Herz ist weit von hier.

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